Lionel Messi tiene contrato por una temporada más con el Fútbol Club Barcelona y una cláusula de rescisión de 700 millones de euros. Sin embargo, su descontento con el club azulgrana tras un nuevo batacazo en la Champions League y su desacuerdo con la manera de gestionar el club en los últimos años podrían haberle convencido de que es el momento de cambiar de aires.

La estrella argentina interrumpió sus vacaciones en la Cerdanya y Koeman, nuevo entrenador del Barça, se citó con él en un punto intermedio. El holandés le explicó que cuenta con él y sondeó su estado anímico y su implicación en el nuevo proyecto azulgrana, ya que como el aseguró en su presentación solo quiere a jugadores que quieran estar y que se sientan implicados.

Sin embargo, para alarma del barcelonismo, la respuesta que encontró del rosarino es que ahora mismo se ve más fuera que dentro del club, pese a reconocer la dificultad de una hipotética marcha, debido a las condiciones de su contrato y al estado actual del mercado.

Messi es consciente de que muy pocos clubes en el mundo pueden afrontar hoy por hoy su fichaje. De hecho, la lista podría reducirse a tres únicos clubes con el músculo financiero necesario para hacerse con sus servicios: París Saint-Germain, Manchester City e Inter de Milán. Y es que la operación, entre el pago del traspaso y la ficha del mejor jugador del mundo -en el Barça cobra 35 millones netos de euros por temporada- superaría con creces los 200 millones.

Pese a sus 33 años, Messi sigue demostrando campaña tras campaña que es un futbolista que se encuentra un escalón por encima del resto, y estos tres equipos citados no harían ascos a incorporarlo a sus plantillas. En cualquiera de las tres supondría la guinda a equipos ya de por sí temibles, sobre todo en París y Manchester.

En París podría reencontrarse con su amigo Neymar y coronar un megaproyecto que ya este año ha logrado por fin el ansiado sueño de jugar la final de la Champions League. Y en Manchester sería una regalo para Pep Guardiola, que haría aún más temible a su equipo en su faceta ofensiva y le ayudaría a meterse también en esa pelea por el gran título continental. La diferencia entre ambas opciones radicaría en el diferente prestigio entre el campeonato francés, la Ligue1, que pese a que no deja de crecer aún se encuentra lejos de la todopoderosa Premier League.

Y la tercera opción en cuestión estaría en Milán, donde el Inter persigue regresar a la élite continental, y querría juntar en su delantera a Lukaku, Lautaro y el propio Messi. Un tridente de miedo para Antonio Conte. La ventaja de la opción italiana estaría en el sueldo de Messi, que podría ser más elevado gracias a los menores impuestos existentes en Italia para los jugadores extranjeros.

Hoy por hoy Messi asegura que se ve más fuera que dentro del Barça, como le confesó a Koeman, pero también reconoce que su salida no sería, desde luego, una cosa sencilla.

abc

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